Una de las máximas de los anti-renovables, nunca argumentada, es que en países con mucha implantación de energía eólica el precio de la electricidad es más elevado que en el resto. Y citan sistemáticamente como ejemplos los 30 c€/kWh de Dinamarca o los 26 de Alemania. Así, sin más. Ocultan (o ignoran) dos extremos importantes:
- Sólo presentan precios a clientes domésticos, soslayando por un lado los precios inferiores a clientes industriales y por otro, la dispar importancia del consumo doméstico en cada país.
- Incluyen todos los impuestos, tanto el IVA como las tasas especiales al consumo de electricidad, obviando que son diferentes entre los países y, además, independientes de las fuentes de generación.
En efecto, al blandir tal axioma nunca utilizan un precio medio nacional ni comparan las cifras exentas de costes impropios. Tampoco asumen que todo contraste justo precisa un desglose de los términos exclusivamente atribuibles a las renovables, como los correspondientes a su parte de generación y a sus primas.
He elaborado para refutar cada caso unos gráficos progresivos, a partir de los datos de Eurostat:
- Una comparativa del precio de la electricidad sin impuestos para los consumidores domésticos y para los consumidores industriales en la UE y su entorno, que permite observar la divergencia entre ambos clientes tipo y contrastar además los precios con impuestos.
- Un cotejo país por país entre el precio de la electricidad sin impuestos para ambos tipos de consumidores y la proporción de energías renovables generada, en que cabría esperar según la máxima anti-renovables arriba expuesta una distribución predominante abajo izquierda / arriba derecha (electricidad barata con pocas renovables / electricidad cara con muchas renovables).
En contraposición al «argumento» electricidad renovable = electricidad cara, entre los mayores precios domésticos e industriales antes de impuestos en el primer semestre de 2012 se encuentran Chipre, Malta e Irlanda, sistemas insulares basados en centrales térmicas fósiles, o Italia, que depende en gran medida de las importaciones. Dinamarca se encuentra en realidad hacia la zona central de la tabla doméstica y entre los precios más bajos a clientes industriales.
En el otro sentido, no se halla una tendencia clara que relacione directamente carestía de la electricidad y generación renovable; menos aún, en el caso de los clientes industriales.